El mayor aporte que ha realizado Raúl es el rescate y conocimiento de los tintes naturales, así como la experimentación y búsqueda de nuevas aplicaciones. Habría que destacar su labor como maestro tintorero (cualquier curso es un buen pretexto para continuar con la labor de investigación y difusión). El universo que conforman sus alumnos es diverso, su trayectoria de profesor lo ha llevado a convivir con los más variados sectores: desde niñas indígenas y de la calle, hasta prisioneros, pasando por las escuelas e instituciones culturales más prestigiadas del país, sin menoscabo de ningún grupo, siempre dando lo mejor de sí, aportando una actitud crítica y transmitiendo un intenso amor por la cultura mexicana y por la naturaleza.
Viajero incansable, ha llegado a los rincones más alejados del país, para meterse hasta la cocina. Gracias a Raúl, los “secretos de las abuelas” dejaron de serlo y esa riqueza cultural y tecnológica ha llegado hasta nosotros y ha regresado a las artesanas y los artesanos a través de las capacitaciones recibidas, enriqueciendo su producción. Este nuevo estilo de vida lo llevaría a recorrer el territorio nacional y proyectarse internacionalmente, desarrollando una labor permanente para conocer, experimentar, enseñar, defender y promover la tintorería mexicana.
Maestro de tintorería y de la vida a quien uno puede acudir en todo momento con la confianza de encontrar solidaridad y un espíritu lleno de libertad. Raúl es un hombre que quiere la vida, a los seres vivos, a los hombres sus colegas y, por supuesto a las mujeres… sus diosas.
El secreto de Raúl es una visión profunda de la vida, un compromiso permanente con la cultura mexicana, una gran sensibilidad para lo auténtico y una actitud comprometida con los valores de libertad, respeto, democracia y nacionalismo, siempre al lado de la justicia social y a favor de la autodeterminación de los pueblos.
Enseñando con el ejemplo, ha llevado hasta sus últimas consecuencias la congruencia de sus valores en la creación de su propio espacio, como una propuesta social y ecológica… no siempre fácil, no siempre acompañado, pero sin duda, siempre perseverante.
La emoción de encontrar un nuevo tinte, lograr un nuevo tono, llegar a un lugar más escondido, sacar la foto especial de una mujer, tomarse un buen café con los amigos y compartir la vida, salvar algún animal de la muerte, caminar por Deguedó, ver crecer a los hijos, nacer a los nietos, y ganar la batalla diaria, le han permitido mantener en alto el espíritu, y vigente, su amor a la vida.